1.3.13

Matices en el tiempo

Matices en el tiempo

Estaba escuchando el agua,su bella música. En cada lugar es distinta, cada una con sus pequeñas diferencias. Sin embargo, siempre con la misma fórmula. A lo largo de mi vida quisiera escuchar muchas aguas y distinguir esos matices, esos que se evaporan y se arropan entre las nubes.

Pero que puedo hacer, sino callarme ahora. Solo pensar. Pensar que haría con mi vida se se apreciara en mi, un esqueleto: alas, piernas o manos...

Sí, soy un árbol y este papel es mío, estoy hablando sin escribir, ya que no puedo ¿Y qué crees? ¿Qué estás leyendo? No, estás imaginándotelo, me estás inventando, añadiéndome los matices que me distinguen de otros, envolviéndome con bellas palabras y no con cálculos ni hipótesis solo con el alma. ¡Cuidado!, no vayas a volverte loco, ni a dejar de pensarme porque tienes mucho que decir, aunque no quepan todos esos términos aquí.

Y es que la vida de un árbol, no es sosa como muchos plantean, y no creas que no tenemos emociones, la naturaleza es demasiado sabia y ha sabido dejar durante miles de millones de años a árboles y aunque tú tengas un cerebro mayor, quiero hacerte ver que puedo “sentir”.

Nosotros tal vez seamos seres vivos con menos movilidad. Confieso que nunca me he sentido libre pero en cambio, cada día crecía en mi inmensa serenidad tal vez porque sentía que no iba a cumplir ni los diez años de vida, pero aquello en cierta forma me gustaba al imaginar que habría después. Y aquí estoy entre tus manos y me han reutilizado para esto, pese a las células muertas de mi papel me siento vivo, me doy cuenta de mi ignorancia y de lo que me quedaba por aprender cuando era un árbol solitario y cansado...

Hacía muchos días que no venía a visitarme y por su mirada creí que se alegraba de verme.
Se sentó sobre una gran roca gris cubierta a ambos lados de hiedra y comenzó a leer, no era un libro que le agradase mucho pero debía leérselo pronto, era raro sentía conexión con una humana.
Al cerrar el libro bruscamente se acercó a una de mis ramas más bajas y susurró un “lo siento”. Me pareció extraño pero al oír el sonido de un monstruo lo comprendí todo. Mis raíces quedaron al descubierto tal como mi alma. Ella se acercó cuidadosamente y comenzó a contar cuantos años tenía ; cogió un trozo diminuto de mí y se lo llevó.
Al caer la noche volvió. La razón la desconozco pero me gusta pensar que vino a despedirse de mí; las estrellas la iluminaban y una gota de cristal cayó, al girarse me observó en aquel remolque y vino hacia mí.

“Algún día volverás donde perteneces, crecerás y serás de nuevo como eres e incluso mayor, sentirás que puedes volar. Pero prométeme que esa vez no podrán encontrarte. Siempre serás mi héroe”
Esas palabras fueron las últimas que recuerdo hasta ahora, porque cada palabra que escribas será el comienzo de nuevas ilusiones. Y tal vez aquellas palabras fueran un delirio mío, nunca te fíes, ya que según los humanos no podemos sentir.
Pero ahora estoy al lado de esta fuente, preguntándome que será de mí, si tendré otra alternativa diferente a la muerte, si me reciclarás y espero que no caigan hojas sin color en este mundo extraño, que no acabe en miseria ni dolor.
“ Los sueños no creas que no son de verdad. La realidad es fantasía, la realidad es tu verdad. Oriéntate por la vida. Ella te cuidará. Más tarde o más temprano te enseñará a luchar. Porque la vida no son más que matices en el tiempo que te guiarán”




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