Matices en el tiempo
Estaba
escuchando el agua,su bella música. En cada lugar es distinta, cada
una con sus pequeñas diferencias. Sin embargo, siempre con la misma
fórmula. A lo largo de mi vida quisiera escuchar muchas aguas y
distinguir esos matices, esos que se evaporan y se arropan entre las
nubes.
Pero que
puedo hacer, sino callarme ahora. Solo pensar. Pensar que haría con
mi vida se se apreciara en mi, un esqueleto: alas, piernas o manos...
Sí, soy
un árbol y este papel es mío, estoy hablando sin escribir, ya que
no puedo ¿Y qué crees? ¿Qué estás leyendo? No, estás
imaginándotelo, me estás inventando, añadiéndome los matices que
me distinguen de otros, envolviéndome con bellas palabras y no con
cálculos ni hipótesis solo con el alma. ¡Cuidado!, no vayas a
volverte loco, ni a dejar de pensarme porque tienes mucho que decir,
aunque no quepan todos esos términos aquí.
Y es que
la vida de un árbol, no es sosa como muchos plantean, y no creas que
no tenemos emociones, la naturaleza es demasiado sabia y ha sabido
dejar durante miles de millones de años a árboles y aunque tú
tengas un cerebro mayor, quiero hacerte ver que puedo “sentir”.
Nosotros
tal vez seamos seres vivos con menos movilidad. Confieso que nunca me
he sentido libre pero en cambio, cada día crecía en mi inmensa
serenidad tal vez porque sentía que no iba a cumplir ni los diez
años de vida, pero aquello en cierta forma me gustaba al imaginar
que habría después. Y aquí estoy entre tus manos y me han
reutilizado para esto, pese a las células muertas de mi papel me
siento vivo, me doy cuenta de mi ignorancia y de lo que me quedaba
por aprender cuando era un árbol solitario y cansado...
Hacía
muchos días que no venía a visitarme y por su mirada creí que se
alegraba de verme.
Se sentó
sobre una gran roca gris cubierta a ambos lados de hiedra y comenzó
a leer, no era un libro que le agradase mucho pero debía leérselo
pronto, era raro sentía conexión con una humana.
Al cerrar
el libro bruscamente se acercó a una de mis ramas más bajas y
susurró un “lo siento”. Me pareció extraño pero al oír el
sonido de un monstruo lo comprendí todo. Mis raíces quedaron al
descubierto tal como mi alma. Ella se acercó cuidadosamente y
comenzó a contar cuantos años tenía ; cogió un trozo diminuto de
mí y se lo llevó.
Al caer
la noche volvió. La razón la desconozco pero me gusta pensar que
vino a despedirse de mí; las estrellas la iluminaban y una gota de
cristal cayó, al girarse me observó en aquel remolque y vino hacia
mí.
“Algún
día volverás donde perteneces, crecerás y serás de nuevo como
eres e incluso mayor, sentirás que puedes volar. Pero prométeme que
esa vez no podrán encontrarte. Siempre serás mi héroe”
Esas
palabras fueron las últimas que recuerdo hasta ahora, porque cada
palabra que escribas será el comienzo de nuevas ilusiones. Y tal vez
aquellas palabras fueran un delirio mío, nunca te fíes, ya que
según los humanos no podemos sentir.
Pero
ahora estoy al lado de esta fuente, preguntándome que será de mí,
si tendré otra alternativa diferente a la muerte, si me reciclarás
y espero que no caigan hojas sin color en este mundo extraño, que no
acabe en miseria ni dolor.
“ Los
sueños no creas que no son de verdad. La realidad es fantasía, la
realidad es tu verdad. Oriéntate por la vida. Ella te cuidará. Más
tarde o más temprano te enseñará a luchar. Porque la vida no son
más que matices en el tiempo que te guiarán”